La Mancomunidad del Curueño está situada en la Montaña Central Leonesa,
al norte de la provincia, en el entorno del río Curueño.
El territorio es una mezcla de
piedra y luz, el verde original y el fluir del agua. Desde las cumbres de la
cordillera, los valles se despliegan en abanicos vegetales, bosques, gargantas
de caliza labradas por el agua, hoces, colladas y desplomes, hasta alcanzar el
remanso de la ribera, cuando el agua ya ensaya a caminar en quietud.
Una hermosura soberana es la definición de estas fronteras,
que están surcadas en vertical por todo un arco de aguas: manantiales, regatos,
afluentes y colaterales, las correntías de los ventisqueros y la quietud de las
lagunas glaciares, cuya suma de aguas forman el río Curueño que las entronca
con el mundo.
Esta orografía que en el norte labra imponentes tajos geológicos y respira armonía cuando alcanza la ribera tiene correspondencia con su peripecia humana. Configuró su historia y seguramente delineará su futuro. Una breve incursión por su presente puede ser indispensable para iluminar su porvenir.
Esta orografía que en el norte labra imponentes tajos geológicos y respira armonía cuando alcanza la ribera tiene correspondencia con su peripecia humana. Configuró su historia y seguramente delineará su futuro. Una breve incursión por su presente puede ser indispensable para iluminar su porvenir.
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